Con cifras impactantes sobre las tareas que se desarrollan en ese nosocomio de excelencia y los haberes que perciben sus profesionales, una comitiva explicó ante los senadores la situación que viven los trabajadores del mismo.
Al presentarlos, la presidenta de la Comisión, Lucía Corpacci, valoró la tarea de esos trabajadores, como así también les agradeció la tarea que desarrollan. “Quien más, quien menos, que vive en el interior alguna vez acompañó o ayudó para que un niñito o niñita viniera al Garrahan como el lugar más seguro del país. Ojalá puedan seguir llevando adelante esta tarea magnífica, a veces tan silenciosa, como la que desarrollan ustedes”, señaló la senadora catamarqueña.
En primer lugar expuso María Althabe, coordinadora de una de las cinco unidades de Cuidados Intensivos del Garrahan. “Entré en el 87, así que cumplo los mismos 37 años que el hospital”, arrancó la médica, que aclaró que “no tenemos ninguna representación gremial, ni partidismo, y preferiríamos estar en nuestro lugar de trabajo haciendo lo que nos gusta y sabemos hacer”.
“Nuestros reclamos salariales, que llevan varios meses, no han encontrado ninguna respuesta”, admitió Althabe, para advertir luego que “el modelo de atención del hospital corre riesgo”. Destacó que se trata de un establecimiento de “alta complejidad, que tiene un recurso humano altamente calificado y con dedicación prolongada. Ha sido crítico para el éxito de este proyecto contar con un presupuesto que contemplara esta situación, además de la estructura y equipamiento que para este modelo de salud se requiere”.
Resaltó también la autarquía del hospital que les permitió enfrentar situaciones de crisis y ante la importancia de que los legisladores conozcan de primera mano la situación del Hospital Garrahan, anticipó que leerían un documento con datos estadísticos.
Lo hizo Luis Gamba, coordinador de la Unidad Asistencial de Clínica Periquirúrgica del hospital. Una unidad única con esas características en el país. Próximo a cumplir 37 años en el nosocomio, leyó una nota donde expresaba la “profunda preocupación” por la situación económica de los trabajadores y sus consecuencias directas sobre el sistema de salud, especialmente en el área pediátrica.
Habló de la “caída sostenida de salarios” y los sucesivos reclamos que motivaron medidas de fuerza. Explicó que la falta de recomposición salarial “profundizó la crisis de recursos humanos, con renuncia de profesionales. Los haberes no reflejan la capacitación e idoneidad del personal altamente especializado, con una carga laboral en un entorno de altísima complejidad”.
Tras referirse a la manera como los afectó la inflación, destacó que “para mantener este nivel de excelencia necesitamos un presupuesto que cubra la infraestructura y reconozca el valor del recurso humano”.
Dio datos luego: 700 mil consultas ambulatorias; 36 mil sesiones del hospital de día; 27 mil internaciones; entre 10 mil y 12 mil cirugías; 120 trasplantes, todo a lo largo de este año.
Ese es un hospital que atiende el 40% de los pacientes con cáncer del país; el 50% de los trasplantes del país, y resuelve el 70% de las cardiopatías congénitas que requieren intervención dentro de los tres primeros meses de vida, del país.
El hospital es además “pilar en la formación de funcionarios de la salud”, con numerosos cursos de capacitación a nivel nacional. Es además pionero en telemedicina. “Sin este modelo hospitalario, no existe ningún otro establecimiento que pueda atender estas demandas.
Cuando cumplió 37 años, se difundieron estas estadísticas que resumen ese tiempo de vida: 10.230.000 consultas ambulatorias; 2.444.000 consultas de emergencia; 688.000 egresos; 970.000 sesiones de hospital de día; 320.000 cirugías; 3.166 trasplantes; 57.354.000 determinaciones de laboratorios; 4.811.000 extensiones de imagen.
A continuación expuso Darío Barsotti, coordinador del Centro de Atención Integral del Paciente Hematológico y Oncológico, quien destacó que ese hospital se pensó 20 años antes de inaugurarse, cuando se buscaba encontrar el lugar donde se pudiera dar solución a patologías complejas. “No hay momento en la vida con más cambios desde que se nace, hasta los 18 años, cuando se llega a la adultez. Me gusta pensarnos como profesionales del desarrollo”, remarcó.
Aclaró que no era vanidoso decir que “somos un hospital de excelencia”. Se trata de un lugar donde “entran los mejores residentes, gente que realmente se destaca para poder entrar. Los que entramos van a tener que hacer una segunda formación, y recién después van a estar en condiciones de ser médicos de planta. Entrar al hospital siempre fue una cosa difícil y enorgullece estar ahí. Todo eso hace que cuando nuestros profesionales jóvenes ingresan, son sólidos y no tan jóvenes ya”.
“La única forma de aprender es con un hospital de avanzada y con tiempo de formación. Hablo de lo que lo que tarda la formación de cada uno”, señaló en otro pasaje, para dar luego datos de sus haberes. Hoy, par aun médico de planta, de 20 años de formación, sin guardias, el salario está en 1.500.000 pesos. “Para cualquier profesional con 20 años de formación es poco dinero –agregó-. Un técnico con 10 años de formación está en 750, 800.000 pesos. Con una responsabilidad enorme”.
Y agregó que “cuando se habla de financiamiento del hospital, se tiende a pensar en equipamiento e insumos, pero todo eso requiere gente que lo sepa hacer funcionar y que esté tiempo permanente. Cuando hablemos de financiamiento, pensemos qué parte de eso son las personas que hacemos funcionar eso”.