Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, nos invita a reflexionar más que nunca sobre la historia de las luchas y conquistas de derechos para las mujeres en nuestro país. Luchas y conquistas encaradas por valientes mujeres que han marcado el camino a la igualdad y han contribuido a mejorar la posición de las mujeres en la sociedad. Conquistas que nos permitieron y permiten gozar de beneficios y derechos humanos básicos que nunca debieron haber estado en duda o discusión.

La conquista de los derechos políticos de la mujer a elegir y ser elegidas, la mejora de las condiciones laborales, la reivindicación de la igualdad, la denuncia contra la opresión social, familiar y laboral, la separación entre la sexualidad y la reproducción, la defensa de la maternidad libre, la planificación familiar, los métodos anticonceptivos, el acceso a la educación y el aborto legal. La protección de las mujeres y niños inmersos en sectores más vulnerables, la protección de las mujeres y personas en situaciones de violencia de género, el acceso al sistema previsional de las amas de casa, solo son algunos de ellos.

Derechos cuyas banderas flamearon en las manos, en la voz y en los cuerpos de mujeres valientes y comprometidas de nuestra historia que dejaron una huella significativa e imborrable en nuestra memoria. Desde Juana Manso, pasando por Alicia Moreau, Evita, Cristina Fernández de Kirchner, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hasta los colectivos del Ni Una Menos, y LGTBQ+

Derechos que hoy se ven extremadamente vulnerados por medidas de extrema deshumanización y desprecio por los derechos humanos en general y de los derechos de las mujeres en particular.  Medidas que impactan en la vida cotidiana y que despojan de beneficios que contribuyen a llevar una vida digna. 

Nos despojaron del Ministerio de las Mujeres, Genero y Diversidad y el INADI. Nos dejaron sin el Programa Acompañar dirigido a mujeres y a LGBTIQ+ que se encuentran en situación de violencia de genero. Nos quitaron el Programa Potenciar Trabajo que tiene como objetivo mejorar el empleo y generar nuevas propuestas productivas para personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad social y económica.

Las medidas implementadas por el Gobierno Nacional tienen consecuencias significativas para la sociedad en su conjunto y en las mujeres en particular. El ajuste impacta en el poder adquisitivo, impidiendo el acceso a bienes y servicios básicos y potencia las brechas de genero dificultando aún más el acceso al empleo.  Los recortes presupuestarios afectan la calidad y disponibilidad de los servicios de salud, educación, formación, capacitación y asistencia social.  Se presentan desigualdades en el mercado laboral. La falta de recursos aumenta la vulnerabilidad de las mujeres en todos los aspectos y por sobre todo a la violencia de genero.

La incertidumbre política y los desafíos permanentes exigen una acción colectiva y una defensa constante de los derechos legítimamente adquiridos.

En este contexto, los derechos de las mujeres se defienden con vigilancia y resistencia!. LUCIA CORPACCI